octubre 3, 2023

La maja desnuda 1800 goya

 

dependencias del Tribunal de la Inquisición el 28 de noviembre de 1814. Trasladada a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el 13 de abril de 1836. Custodiada en dependencias privadas de la Academia hasta principios del último tercio del siglo XIX. Ingresó en el Museo del Prado en 1901.

Sigue la tipología tradicional de la diosa Venus tendida sobre el lecho. La primera mención de esta obra data de noviembre de 1800, en la descripción del palacio de Godoy del grabador Pedro González de Sepúlveda, durante la visita que hizo en compañía de Juan Agustín Ceán Bermúdez y del arquitecto Pedro de Arnal. Colgaba allí en un “gavinete interior” junto con otras Venus, aunque no hizo de ella gran aprecio en su Diario: “Una [Venus] desnuda de Goya pero sin divujo ni gracia en el colorido”.

En 1813, el Inventario que recoge los bienes incautados a Godoy, cuando estos aún se hallaban en el palacio contiguo al convento de Doña María de Aragón, los cuadros se citaban asimismo como “Venus”, identificación que, ya después de la muerte de Goya, hacia 1830, repetía Javier Goya, hijo del artista, que aludía a “las Venus que pintó para el Príncipe de la Paz”. Junto a estas descripciones tempranas, sin duda acertadas, ya que el cuadro formaba parte del gabinete reservado de Godoy en compañía de la famosa Venus del espejo de Velázquez y de otras dos atribuidas a Tiziano, se fueron incorporando con el tiempo otras identificaciones más pintorescas, la primera en 1808, del francés Frédéric Quilliet, que a fines de aquel año redactó el inventario de la colección de Godoy, describiéndolas como “Gitanas”.


Más tarde, en el inventario efectuado en 1814, cuando los bienes incautados a Godoy se encontraban ya en el Depósito de Secuestros de la calle Alcalá, el denominado “almacénde cristales”, La maja vestida se cita como “una mujer vestida de maja”, denominación que se generalizó a partir de entonces y aque también figura en la reclamación que, a fines de ese mismo año, el Tribunal de la Inquisición hizo de ambas pinturas por considerarlas “oscenas”: Junto a estas descripciones tempranas del cuadro, sin duda, acertadas, ya que el cuadro formaba parte del gabinete reservado de Godoy en compañía de la famosa Venus del espejo, de Velázquez y de otras dos atribuidas a Tiziano, se fueron incorporando con el tiempo otras identificaciones más pintorescas, la primera en 1808, del francés Fréderic Quillet que redactó el inventario de la colección de Godoy, describiéndolas como Gitanas, que dio paso más adelante, a la de Majas, que es la que se ha generalizado definitivamente, siguiendo la descripción del inventario realizado a petición de la Inquisición en 1813, que consideró ambos cuadros como “pinturas obscenas”: [la que] “representa una mujer desnuda sobre una cama […] es su autor Don Francisco Goya; la mujer vestida de maja sobre una cama es también del citado Goya”.


Descartó cualquier referencia a Cupido, tradicional acompañante de la diosa, y la situó provocadoramente en un canapé moderno y no en el lecho clásico de la pintura anterior, mirando al espectador con leve y sugestiva sonrisa. La maja desnuda es todavía ejemplo del estilo más dieciochesco de Goya, anterior al cambio profundo que se produce en sus obras hacia 1797-98, por lo que habría que pensar en una datación relativamente temprana, en torno a 1795-96, en el momento de sus primeros contactos artísticos con Godoy. Varios de los dibujos del Álbum A, que se fechan en esos años, con jóvenes tendidas en el lecho, podrían haber sido hechos como preparación para este importante encargo de Godoy, que daba pie al artista para tratar de forma moderna, sin el aditamento clásico de Cupido y otros símbolos de la diosa, uno de los temas cruciales de la pintura desde el Renacimiento.

Autor: Goya y Lucientes, Francisco de

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