El orgasmo es el punto clímax de las relaciones sexuales. Alcanzarlo parece ser el objetivo final del sexo y para ello ponemos toda nuestra concentración. ¿Pero es realmente lo más importante?
En el caso de los hombres, la eyaculación es fundamental para sentir que sí han tenido un buen sexo. Sin este momento, sienten que se han quedado a mitad de camino. Para las mujeres la historia es muy diferente. A través del tiempo se han creado mitos, leyendas y falsas expectativas que alejan el orgasmo femenino de la realidad, por lo que pocas lo alcanzan con frecuencia y algunas, vergonzosamente, lo fingen para complacer el ego de sus parejas.
Sin embargo, no todo está perdido. Gracias a que el mundo moderno se ha cansado de los tabúes y se enfoca más en la auto aceptación, el sexo ha dejado de ser un acto con un solo objetivo, lo que abre las puertas a nuevas sensaciones.
¿Conoces el sexo orgánico?
El sexo orgánico se trata de una conexión que va más allá de un acto carnal con tiempo limitado según explican en Love My Senses. Hablamos de una experiencia que te conecta con tus sentidos y tu sexualidad y te lleva a conocer hasta dónde puedes dar y sentir placer.
Es una experiencia muy distinta a lo que se conoce hasta ahora como sexo tradicional, ya que es sereno, sin apuros. De hecho, uno de los requisitos es contener el orgasmo para alargar el momento hasta que el disfrute te embriague por completo.
No es algo que se logre a la primera. De hecho, requiere mucha práctica, algo que definitivamente le suma más puntos a favor. Cuando aprendes a sumergirte en el sexo orgánico o tántrico, descubres nuevas formas de placer, mejorando tu vida sexual y compenetrándote aún más con tu pareja.
En el sexo orgánico, el momento en el que finalmente liberas el orgasmo es un verdadero éxtasis para ambos. Una vez que lo pruebas, no concibes las relaciones sexuales de otra manera.
Una buena respiración es igual a un buen orgasmo
¿Eres silenciosa o te dejas llevar? La próxima vez que tengas un orgasmo, pon atención a tu manera de respirar. ¿Acaso te contienes? Seguro que sí. Esta es una respuesta involuntaria en la que debemos trabajar con algunas recomendaciones que, si las sigues, verás cómo mejora el sexo con la respiración.
Resulta que cuando estamos disfrutando plenamente del momento y llega el clímax, sin darnos cuenta, cortamos la intensidad al contener la respiración. Esto sucede por diversos motivos, muchos de los cuales tienen que ver con inseguridades y miedos de los que debemos despojarnos junto con la ropa.
Para mejorar tu orgasmo con la respiración, comienza por dejar que sea profunda. Relájate y olvídate de todo lo demás. Déjate envolver por las sensaciones y las emociones de ese contacto íntimo.
Enfoca tu mente en tus genitales y los efectos que las caricias tienen en tu cuerpo. Desconéctate de la realidad por un segundo y deja que el oxígeno recorra todo tu cuerpo, junto con el flujo sanguíneo.
Y cuando llegues al orgasmo, no lo cortes. Embriágate con esa sensación, respira con profundidad y luego deja escapar el aire, junto con tu tensión.
Verdadero y falso del orgasmo femenino
Para muchos hombres, e incluso algunas mujeres, el orgasmo femenino sucede solo con la penetración, por lo que es necesario concentrarse en alcanzarlo. ¡Y nada es más falso!
La mayoría de las mujeres no alcanzan un orgasmo en sus relaciones sexuales, y dada la anterior afirmación, dejan que este clímax de placer quede en último lugar, sin darle importancia al asunto. Esto se debe a una educación que arrastramos desde el pasado, donde todo se centraba en la eyaculación, ya que esta es “responsable” de fecundar a la mujer.
Los hombres en su mayoría se sienten orgullosos pensando que logran orgasmos en su pareja, cuando en realidad esto tampoco es cierto. Pero no es su culpa. En este caso, la responsabilidad reside en la educación sexual, que se centra en prevención y salud y deja de lado el placer.
¿Cómo es posible cambiar esto? Pues de una manera muy simple y divertida. ¡Hay que explorar! Durante el sexo, invítalo a tocarte, enséñale cómo. La mejor manera de lograr los más explosivos orgasmos es tomarse el sexo como un buen vino, despacio y degustando cada sorbo.