En el vocabulario español hay muchas palabras que tienen un origen curioso, tal como podemos ver en la sección correspondiente de Curiosidario. ¿Es canguro una de ellas? Si quieres participar incluyendo texto en este post, nos lo envías documentando su procedencia y lo incluiremos para que forme parte de etimologíade canguro.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, canguro procede del francés kangourou, que a su vez tiene origen australiano. Pero está muy extendida la explicación etimológica de que fue el capitán inglés James Cook quien, al llegar a Australia en 1770 y preguntar a los nativos (él o sir Joseph Banks, el botánico que le acompañaba) por aquellos extraños animales, contestaban kan ghu ru, que en el idioma aborigen significaba «no lo entiendo», pero que los ingleses interpretaron como su nombre, escribiéndolo en inglés kangaroo.
Esta explicación etimológica es curiosa, pero falsa. Ciertamente fueron Cook y los miembros de su expedición los primeros occidentales en ver aquellos animales. A su regreso a Europa trajeron con ellos una piel de este mamífero marsupial, que ellos llamaban kængurú (escrito kangooroo), un nombre probablemente copiado de una voz indígena, ya perdida, pero que no significaba «no lo entiendo». Hay varias versiones sobre su significado real. El eminente etimólogo Corominas dice que, según Kluge, entre los aborígenes australianos significaba ‘cuadrúpedo en general’. Más recientemente se explica que la voz gangurru, de los indígenas GuuguYimidhirr, se refería al canguro gigante o de mayor talla, si bien no es esta la palabra que ellos utilizan actualmente.
En cualquier caso, la voz kangooroo derivó a kangaroo en el inglés moderno y actual, aunque antes pasó al francés como kangourou, de donde fue tomada, como sabemos, por el español.
La palabra canguro está documentado en español por primera vez en el diccionario de Domínguez de 1853. También aparece en el diccionario de Gaspar y Roig de ese mismo año (1853). Con posterioridad figura en otros diccionarios, como el suplemento de Salvá de 1879 y el de Zerolo de 1895. El DRAE le dio entrada en su suplemento de 1899.