septiembre 20, 2023

¿Padeces de fotofobia? aprende cuáles son los puntos sensibles

Cuando hablamos de nuestros ojos, nos estamos refiriendo a los órganos de los sentidos que usualmente consideramos más importantes. Muchas veces pasamos el tiempo cuidando nuestros ojos, porque conocemos y sabemos que sin nuestra vista nos resultaría muy difícil vivir.

Todos hemos recibido ese consejo que se nos da como si por instinto no supiéramos que no debemos hacerlo: No mires directamente al sol. Conocemos que la luz excesiva puede, eventualmente, deteriorar nuestra visión de manera que nos resulte imposible poder ver de nuevo. Se conocen casos de personas que han perdido la vista por exposición a un fenómeno luminoso.

La fotofobia es precisamente el miedo que padecen las personas que no pueden ver directamente la luz, venga del sol o de cualquier otro elemento. Les produce cierta aprensión o directamente no lo soportan.

Durante esta entrada, conoceremos algunas cosas sobre este término, y cómo afecta a diversas personas en nuestro medio. Lo que es en sí misma, las formas en que se contrae, algunas maneras de tratarlas que podrían ser de mucha ayuda para más de uno.

¿Es esta una enfermedad?

Cuando hablamos de fotofobia, nos referimos a un dolor producido por un, o más de un, elemento luminoso. Es una molestia ocular que se produce en diversos pacientes a nivel mundial, y se causa por el exceso de luz. A las personas que padecen este síntoma se les cierran los ojos de forma involuntaria en algunos casos, y acompañada con el dolor puede ser una molestia más que otra cosa. Sin embargo, si se tiene en su forma más aguda, el paciente puede notar que afecta su calidad de vida.

En general, la fotofobia no se conoce como una enfermedad en sí misma, sino más bien como un síntoma que puede adquirirse en cualquier momento de la vida, y que al mismo tiempo puede venir a ser una alarma que anuncie la llegada de verdaderas enfermedades y achaques.

Su definición más exacta es la de una sensibilidad elevada hacia los estímulos lumínicos que podemos encontrar diariamente. Las personas que la padecen podrían sentir que se les queman las retinas la simple contacto del flash de una cámara, o sentir molestia o dolor en los ojos al sentir los rayos del sol en la cara.

Las personas con este problema es muy común que utilicen constantemente gafas de sol cuando requieren salir al exterior, que se fotografíen utilizando estas gafas y , en los casos más extremos, que se nieguen a salir de sus casas durante el día, o por las noches a lugares donde haya mucha iluminación, como discotecas y fiestas.

Síntomas y efectos de la fotofobia

Además de los ya mencionados anteriormente, que en realidad son más bien las reacciones que toman las personas que la padecen, los síntomas que puede tener esta condición van desde un punto de molestia a otros más graves.

Las personas que se ven aquejadas por esta condición presentan enrojecimiento de los ojos, lagrimeo y la necesidad imperiosa de cerrar los ojos. No se debe tratar como una simple molestia, puesto que las personas que sufren de esto en realidad sienten un dolor verdadero cuando se exponen a la luz.

Esta condición también puede generar problemas adaptativos que pueden ser considerados síntomas. En muchos casos, pueden tener problemas para ver televisión, para utilizar las computadoras y los teléfonos celulares.

Esto puede generar problemas bien sea de trabajos o de relaciones, pues nos encontramos en un tiempo en el que nos mantenemos siempre con la cabeza pegada en estos aparatos. Esto puede generar a su vez problemas laborales si la persona trabaja diariamente con computadoras.

Esta condición puede generar situaciones de gran peligro, puesto que si se trabaja en entornos de maquinarias pesadas, se corre el riesgo de ser deslumbrado mientras se trabaja y causar un accidente. También se pueden tener accidentes cuando se va en una carretera o autopista por la noche, pues las personas que la padecen pueden sentirse deslumbradas y salirse de su vía al sentir la necesidad de cerrar los ojos.

La fotofobia puede ser un problema simple que no esté alertando al paciente de ningún problema realmente grave. Puede ser una simple molestia que lleve al afectado a utilizar gafas de sol, y no haya más inconveniente. No obstante, cuando el problema se presenta de forma brusca, y sin que antes se haya tenido el menor problema con la luz, o cuando se siente dolor indiferentemente de que la iluminación esté baja, puede ser la antesala de un problema mayor, y será necesario acudir a un médico que le proporcione un diagnóstico.

¿Cuáles son sus causas y cómo aparece?

Cuando hablamos de las causas que pueden degenerar en esta condición, podemos definir varias. En ellas muchas veces serán únicamente una molestia sencilla, pero habrá momentos en los que las cosas sean más graves. A continuación una lista de las causas de la fotofobia:

Características propias del ojo:

En muchas ocasiones, las personas nacen con disposiciones en su cuerpo que son propicias para que se den ciertos problemas de salud, este entre ellos. Estas características son comunes en las personas con ojos claros, especialmente azules, puesto que el color claro en los ojos posee una menor pigmentación del iris, lo cual hace que permitan pasar mayor cantidad de luz, haciéndolos más sensibles. El caso más común es el de las personas albinas.

Causas por traumatismos: 

Los ojos también pueden sufrir traumatismos de una o de otra manera, haciendo que se desarrolle este problema y la persona se vea aquejada de problemas para recibir la luz. Cuando hablamos de un traumatismo este puede ser en la córnea, y causará que el paciente en cuestión tenga una mayor sensibilidad hacia la luz. Los traumatismos no suelen generar problemas mayores, pero si una partícula queda incrustada en el ojos, pueden generarse problemas más graves, como ulceras o queratitis.

Causada por patologías oculares:

La fotofobia es un problema común cuando se padecen de enfermedades oculares, como conjuntivitis, uveítis, e iritis. Estas enfermedades pueden darse por traumatismos o diferentes causas, no obstante, uno de los síntomas es que los ojos lagrimeen, enrojezcan y se vuelvan más sensibles.

Causada por problemas neurológicos:

El 80% de las personas que padecen de migrañas también sufren de este trastorno; al mismo tiempo, es muy común en quienes padecen cefalea. De hecho, aquellos que padecen de migraña,  son más sensibles a la luz cuando no están en medio de un episodio.

 

¿Cómo protegerte si la padeces?

Indiferentemente de la causa de esta molestia, si la padeces, es importante que sigas diversos tratamientos a la hora de mejorar o de al menos disminuir sus efectos. A continuación una lista de las cosas que puedes hacer si tienes esta condición:

  • Usar gafas de sol: Es el consejo más común y al mismo tiempo el más popular. Se utiliza cuando el problema no es demasiado grave y solo es considerado una molestia. Puede servir para evitar que las cosas lleguen a mayores, y para disminuir las molestias lumínicas.
  • Evitar luces intensas: En casa, es importante evitar las luces intensas a fin de disminuir los problemas causados. Bajar las persianas y evitar la luz solar es muy importante. Al mismo tiempo será útil evitar salir a la calle, o si hay que salir, llevar gafas de sol.
  • Acudir al médico: Es importante que las cosas que suceden se consulten con el médico lo más pronto posible. Él se podrá ocupar de dar el diagnóstico correcto y proporcionar los materiales necesarios para la mejoría. En muchos casos, el simple hecho de cambiar un medicamente por otro puede solucionar el problema.
  • No conducir: Si se padece de este problema es recomendable que el afectado no conduzca, pues por las razones ya mencionadas, es posible que surja algún problema que termine en accidente. Si se va a conducir, es buena idea llevar consigo unos lentes de sol polarizados, pues estos son más eficaces a la hora de desviar la luz y evitar mayores problemas.
  • Lentes fotocromáticas: Otra opción para las personas que la padecen es utilizar lentes fotocromáticas, pues estos son capaces de oscurecerse o iluminarse dependiendo de la cantidad de luz que haya disponible.
  • Terapia psicológica: Debido al hecho de que se padece un trastorno, y que quizá las medidas para solucionarlos puedan alterar la vida personal del paciente, no es raro que se recete terapia psicológica con el fin de que el paciente pueda sentirse mejor no solo de una manera física, sino también emocional. Además, en algunos casos pueden llegarse a requerir antidepresivos, si el problema es ya severo
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