La maternidad subrogada significa una modalidad de embarazo en la cual una mujer, que sirve de madre durante la gestación, lleva en el vientre a un feto desde el embrión hasta dar a luz. El asunto central es que, al nacer el niño, se dará el bebé a otra persona que se le imposibilita tener hijos.
Esta imposibilidad puede estar dada en hombres homosexuales o en parejas heterosexuales en las cuales alguno de los miembros es infértil. Existen dos tipos de gestación o maternidad subrogada. El primero es el método convencional, que consiste en utilizar el óvulo de la madre para concebir intencionadamente un embrión y, por tanto, ella es también la madre biológica y lleva el embarazo. La segunda modalidad es la gestación subrogada en la cual los padres del feto aportan el óvulo y el espermatozoide del cigoto, aunque el embarazo lo cumpla otra mujer que dará al bebé a sus padres biológicos al nacer.
Las claves del embarazo subrogado
Como en todo embarazo, el subrogado requiere que la mujer en cuyo vientre crece el bebé se alimente bien antes de albergar al cigoto. Esto incluye suplementos de fertilidad, vitaminas y minerales como el ácido fólico, el hierro o el DHA importantes para el desarrollo del bebé. Portales como mifertilidad aportan todo lo necesario para esto.
Independientemente de si la madre que lleva el feto es la biológica o que solo porta al niño para su gestación, los cuidados prenatales, deben ser los mismos. La alimentación balanceada, el ejercicio al aire libre (a menos que el médico indique lo contrario), dejar el tabaco o el alcohol y descansar bien son factores que incidirán de manera definitiva en la salud de ambos.
Beneficios de la maternidad subrogada
1.- Ayuda a conformar familias
La maternidad subrogada suele ser la solución eficaz y definitiva a los intentos fallidos de tener una familia para padres que han luchado contra la infertilidad.
Estas situaciones pueden suceder durante muchos años, y para quienes tienen problemas médicos que hacen que la maternidad sea arriesgada es la manera ideal de concebir un propio bebé.
2.- Familias con vínculos genéticos y biológicos
Estos son posibles gracias a la maternidad subrogada. Al contrario a lo que representa la adopción, la terapia de fertilidad por gestación de reemplazo o subrogada permite que una o ambas partes se conviertan en los padres del futuro niño.
En este sentido, el padre y la madre de un bebé pueden aportar los espermatozoides y el ovulo, aunque la madre gestante o embarazada no sea la mamá biológica del niño.
También es posible que la madre biológica aporte el óvulo y se insemine artificialmente con los espermatozoides de un donante legal para tal fin o del padre biológico en caso de algún impedimento físico o médico.
3.- Fomenta las relaciones
A lo largo del procedimiento de maternidad subrogada, muchos futuros padres establecen fuertes lazos con la madre de alquiler y su familia.
Estas relaciones son muy fuertes y, dependiendo del deseo de las partes, pueden durar toda la vida.
Por otra parte, muchas madres subrogadas pueden, incluso, ser familia directa de los padres biológicos del bebé.
Se han dado casos de mujeres que se prestan a llevar el embrión de su hermana y cuñado y la gestación y nacimiento, así como el crecimiento del niño forman parte importante de la vida de la familia.
Otras, en cambio se convierten en parte de la familia debido a los nexos, aunque biológicamente, no exista vínculo alguno.
4.- Es un procedimiento completamente legal
Antes de la transferencia de embriones se negociará y discutirá un acuerdo jurídicamente vinculante. En él se describirán las responsabilidades y expectativas de cada parte.
En este sentido, tanto los futuros padres como la madre de alquiler estarán informados de sus derechos y obligaciones y podrán saber, de antemano, qué esperar durante el proceso de gestación subrogada.
Dicho de otra forma, es un proceso legal en el cual no se viola ley o acuerdo alguno y se establecen los estamentos jurídicos para actuar en consecuencia.