El sexo y la sexualidad de las personas, siempre han sido temas rodeados de muchos tabúes y falsas creencias, que simplemente han limitado su disfrute. Sin embargo, nunca es tarde para aprender, por lo que es momento de desmontar 4 mitos sobre los juguetes sexuales.
Desde hace unas décadas, los juguetes eróticos se han vuelto muy populares entre la sociedad, pues estos brindan muchos beneficios, tales como los siguientes:
- Mantener una sexualidad activa.
- Disfrutar del sexo en solitario.
- Romper la rutina en las parejas.
- Tener orgasmos y sensaciones más intensos.
- Conocer los diferentes puntos erógenos.
Y es que hoy en día, la diversidad de juguetes sexuales es tan amplia que hay para todos los gustos y preferencias, ya sean mujeres u hombres que los quieran para disfrutar con sesiones de diversión en solitario, o para aquellos que desean hacer más divertida la intimidad con la pareja, e incluso, para probar prácticas nuevas de forma segura y placentera, como por ejemplo, el sexo anal o el BDSM.
Lo mejor de todo, es que estos artículos se pueden comprar en línea a través de tiendas que funcionen con esta modalidad, lo cual puede aportar ese grado de privacidad y confidencialidad que es tan importante para la intimidad de las personas.
A pesar de ello, son muchos los individuos que aún no se atreven a probar e incluir los juguetes eróticos en su vida íntima, debido a que en sus mentes rondan los miedos y los tabúes que hay relacionados con el sexo.
En vista de ello, hablaremos de 4 mitos sobre los juguetes sexuales, para así desmontarlos y que las personas abran sus mentes, se liberen de las restricciones y comiencen a experimentar una vida sexual de una forma más plena, satisfactoria y saludable.
Solo lo usan los pervertidos
Uno de los mitos más difundidos sobre los juguetes eróticos, es que estos solo son usados por personas pervertidas que tienen trastornos sexuales. Pero la verdad es que quien usa este tipo de artículos no tiene nada de malo, ni ningún problema, debido a que son aptos para cualquier persona que desee explorar su sexualidad, experimentar nuevas sensaciones e innovar en su sexualidad, para obtener mayor placer y disfrute.
Los juguetes eróticos son para mujeres solteras
Aunque el mayor público consumidor de los juguetes sexuales son las mujeres, sobre todo las solteras, no es cierto que estos sean exclusivos para el género femenino y sin pareja, ya que en la actualidad, hay juguetes diseñados para el placer masculino, como los masturbadores, por ejemplo.
Asimismo, los juguetes son perfectos para usar en pareja, ya que sirven como complemento y para romper con la rutina que tantas veces afecta a la armonía en las relaciones.
Pueden ser dañinos para la salud
Mucho se ha dicho sobre el daño que pueden ocasionar los juguetes eróticos para la salud de quienes los usan, pero siempre y cuando, estos se usen correctamente, la información es completamente falsa.
Esto se debe, a que estos productos están elaborados con materiales que son seguros e hipoalergénicos para las personas; mientras que sus diseños han sido creados con estudios previos y las correctas adaptaciones para la anatomía humana. Igualmente, antes de salir al mercado, son sometidos a rigurosos procesos de control de calidad, para garantizar la máxima seguridad a los usuarios.
Sin embargo, es importante mencionar que los juguetes son de uso único, ya sea individual o de la pareja, cuidando siempre la limpieza y la higiene, tanto de los artículos como de las personas, para así evitar la propagación de infecciones.
Estropean la relación de pareja
Para culminar, es necesario mencionar que algunas personas que están en pareja creen que incluir juguetes eróticos, ya sea en la intimidad entre ambos, o incluso en solitario, puede estropear la relación, ya que pueden experimentar más placer con estos que con la pareja, llegando a desplazar a esta última.
Pero lo que muchos no saben, es que los juguetes sexuales son un ingrediente ideal en la intimidad de la pareja, debido a que funciona como complemento para incrementar el placer, estimular diversas zonas erógenas, cumplir fetiches y fantasías, romper la tediosa rutina, y hasta reforzar los vínculos de complicidad y amor en la pareja.