La miel de abeja es un alimento dulce, viscoso y natural. Es producida por las abejas a través de un proceso enzimático, y es almacenada en los paneles de su colmena como alimento para la colonia. Sin embargo, los humanos han disfrutado de su delicioso sabor por siglos, utilizándola en diversos platos como un edulcorante natural y saludable en comparación con otras opciones.
El sabor de la miel varía según el tipo de flor del que proviene el néctar recogido por las abejas, y esto le brinda un sabor único y complejo al resultado final. Son muchos azúcares, enzimas y compuestos aromáticos combinándolos entre ellos para satisfacer al paladar. Su textura suave es otro factor que hacen de la miel un alimento tan delicioso.
La miel de abeja, además, es muy beneficiosa para la salud. Son muchas las propiedades positivas que tiene este alimento: es una gran fuente de energía, aporta vitaminas y minerales e, incluso, puede ayudar a aliviar la tos y el dolor de garganta. Es un alimento ideal para agregar al plan alimenticio diario, pues además de ser saludable puede utilizarse en gran diversidad de platos.
Un alimento delicioso y nutritivo
Entre las propiedades de la miel de abeja destaca su gran aporte de energía natural. Está compuesta principalmente por fructosa y glucosa, azúcares naturales que se liberan de forma más gradual en el torrente sanguíneo en comparación de la azúcar refinada. Esto evita los picos de azúcar y los bajones de energía a consecuencia de ellos. También aporta vitamina B, hierro y zinc, fundamentales para mantener los niveles de energía a largo plazo.
La miel de abeja también proporciona varios beneficios para la digestión, pues al contener bacterias prebióticas este alimento ayuda a mantener la salud de la flora intestinal. Asimismo, es capaz de aliviar los síntomas de indigestión, como la acidez y las náuseas. Para mejorar la digestión y la metabolización de los alimentos, es recomendable tomar un vaso de agua con miel cada mañana en ayunas.
Hasta la piel puede verse beneficiada por la miel. Es un humectante natural que mantiene la piel hidratada y suave, razón por la cual suele ser ingrediente principal de muchos productos cosméticos. Sus propiedades antibacterianas eliminan las bacterias que causan el acné, mientras que su naturaleza como antioxidante le permite a la miel proteger a la piel de los radicales libres, evitando las arrugas y el envejecimiento.
Hay muchos remedios caseros a base de miel, muy útiles para varias situaciones. Para la tos y garganta irritada es recomendable mezclar miel con agua tibia y limón, mientras que aplicar la miel directamente sobre las heridas favorece la cicatrización, previniendo infecciones. Es también posible crear un exfoliante facial combinando miel con azúcar, muy efectivo para dejar la piel suave e hidratada.
La miel según el tipo de néctar
No solo el sabor de la miel varía dependiendo de dónde provenga el néctar, sino también su composición y sus propiedades nutricionales. Las sustancias presentes en las flores que visitan las abejas dan variedad a cada tipo de miel, pues cada una tiene diferentes niveles de azúcares, enzimas, vitaminas, minerales y antioxidantes. Sin embargo, la variación no es tan grande.
El color de la miel es un buen indicador de su origen y perfil nutricional. Las mieles más oscuras suelen tener un sabor más intenso y un mayor contenido de minerales y antioxidantes. En cambio, las que tienen un tono claro suelen ser más suaves y dulces.
A la hora de escoger qué miel se va a adquirir no solo hay que pensar en el sabor, sino también en los propios beneficios nutricionales. Por ejemplo, la miel de naranjo es más rica en vitamina C y tiene grandes propiedades antioxidantes.
Por su parte, la miel de romero es más conocida por sus propiedades antibacterianas y antifúngicas. Los que buscan una miel rica en minerales, deben probar la miel de castaño.