octubre 3, 2023

Introduccion historica

No se sabe con seguridad cuándo empezaron nuestros antepasados a comunicarse entre sí hablando. El acto de hablar (‘articular, proferir palabras para darse a entender’) es aparentemente sencillo, pero la verdad es que es algo complicado. Para hablar, debemos proferir sonidos mientras echamos el aire respirado. Empezamos a formar estos sonidos en las cuerdas vocales, ya que el aire sale de un modo u otro, según roce más, menos o nada con las cuerdas que atraviesan nuestra garganta como una cortinilla,muy cerca ya de la boca. Luego, cuando el aire llega a la boca, terminaremos de formar cada sonido usando o no la lengua, el paladar, los dientes, los labios y hasta las fosas nasales. Con todo esto, combinándolo de distintas maneras, creamos los diferentes sonidos, llamados fonemas. Uno o varios de estos fonemas forman una sílaba, y una o varias sílabas forman a su vez una palabra. Varias palabras unidas forman una frase, la mínima expresión oral con la que se puede comunicar algo con sentido.

En la antigüedad, mucho tiempo después de que nuestros antepasados aprendieran a hablar y a comunicarse oralmente, empezaron a plasmarse las ideas de manera visual, usando dibujos pintados que representaban dichas ideas. Más tarde, hace aproximadamente unos 5.000 años, comenzaron a usarse señales visibles convencionales para comunicarse entre personas que usaban un mismo idioma: fue el principio de la escritura. Se pretendía así plasmar gráficamente la expresión oral, una empresa ambiciosa y difícil que se conseguiría con gran esfuerzo e imaginación, si bien nunca la escritura llegaría a ser un equivalente exacto del lenguaje hablado.

Algunos pueblos, como el egipcio y el chino, usaron sistemas en los que cada signo escrito representaba toda una idea. Otros, como los sumerios, prefirieron inventar signos convencionales más sencillos que expresaban sílabas; así, una o varias sílabas componían una palabra, que tenía un significado concreto, y varias palabras formaban una frase. De este antiguo pueblo de Mesopotamia copiaron sus sistemas de escritura los fenicios, los arameos, los hebreos y demás tribus semíticas, que escribían de derecha a izquierda. Más tarde, los griegos copiaron de las tribus semíticas este sistema de escritura, incluyendo la dirección de los signos, si bien con el paso del tiempo probaron otras formas, como el estilo bustrófedon (cambiando alternativamente en cada renglón de sentido: izquierda-derecha, derecha-izquierda, a la manera como aran los bueyes; de ahí la origen de la palabra griega βουστροφηδόν, de βοῦς ‘buey’, στρέφειν ‘dar la vuelta’ y -δόν ‘a la manera de’), hasta que por fin se impuso el método clásico de izquierda a derecha. También los griegos decidieron usar signos escritos para cada sonido, para cada fonema, es decir, para cada letra. De este modo se pasó del sistema de escritura silábico al alfabético.

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