El tomate, como tal, es el fruto de la tomatera, un árbol de origen sudamericano que forma parte de la familia de las solanáceas. Los conquistadores, exactamente Hernán Cortes luego del descubrimiento de América, fueron quienes lo popularizaron en Europa durante el siglo XV. Este se utilizó, al comienzo, de manera ornamental para luego ser todo un ingrediente culinario que destacó por su aroma y sabor inconfundibles.
Ya para el siglo XX, el tomate había alcanzado prácticamente cada rincón del planeta, donde se desarrollaron distintos géneros y especies.
Ahora, en cuanto al origen de la salsa de tomate, esta se les atribuye a los primeros pueblos que entraron en contacto con estos conquistadores europeos. Esto debido a que ellos extraían esta pulpa y luego la combinaban con otros ingredientes. No obstante, su popularización tendría que esperar hasta finales del siglo XVII, siendo Italia uno de los lugares que la pasó a considerar como un ingrediente indispensable en sus recetas.
La salsa de tomate casera y algunas recetas que debes probar
En este artículo vas a poder conocer algunas de las recetas más populares que emplean la salsa de tomate casera como un condimento especial para su elaboración. De esta forma podrás sacar el máximo provecho de la cocina y del propio tomate en sí, obteniendo nutrientes esenciales como fibra, licopeno, carotenoides, vitamina C y muchos más.
Merluza en salsa de tomate
La merluza es un pescado de sabor y textura suave, ideal para preparar platillos deliciosos como el fish and chips o el gazpachuelo malagueño. Su preparación, además de contar con la salsa napolitana a partir de salsa de tomate casera Helios, también requiere de otros ingredientes. En esta oportunidad se añaden cebollas, ajos, pimientos rojos, zanahorias, hierbas frescas y más, para obtener un toque delicioso y único.
Acá es necesario preparar la salsa independientemente y removerla en una cazuela durante unos 15 o 20 minutos a fuego lento. Luego de este tiempo se prueba la acidez de la salsa y, si se requiere, se añaden una o dos cucharaditas de azúcar.
Luego se pasa a salpimentar la merluza y se integra a la cazuela sobre la salsa de tomate. Se hornea por unos 7 o 10 minutos hasta que la merluza llegue a su punto, aunque sabiendo que el tiempo de horneado va a depender del grosor que tenga el pescado.
Atún con salsa de tomate
Primero de enharina el atún y se elimina el excedente, donde luego en una sartén con aceite de oliva se fríe el atún enharinado para después sellarse. De esta forma se evita que quede seco durante la segunda cocción que llevará la salsa de tomate. Finalmente, se retira cuando esté dorado en toda su superficie.
Luego se añade la cebolla, pimientos en juliana y ajos. Después las verduras se impregnan con aceite de oliva en cuanto la cebolla se torne transparente, para finalmente añadir el tomate frito artesano y el atún. Ahora se remueve todo bien y se deja cocer a fuego lento por unos 15 o 20 minutos.
Magro de cerdo con salsa de tomate
Para elaborar esta receta tan popular se requiere de unos 800 gramos de carne magra de cerdo troceada que se encuentre lista para guisar. Sin embargo, es necesaria realizarla para eliminar los excesos de grasa. Acá se va a salpimentar generosamente y se deja reposar mientras se cocinan las verduras aparte.
Se toma una cebolla grande, se pela y se pica finamente, también se puede añadir un pimiento italiano. Se toman en cuenta también 4 dientes de ajo y se trituran 800 gramos de tomate o, en su defecto, se utiliza la salsa de tomate casera Helios.
Ahora, se coloca a calentar una sartén engrasada con aceite de oliva y, cuando esté caliente, se va a dorar la carne a fuego medio. Esto se va a realizar en dos tandas para que no se pierda la temperatura y tarde más en realizarse. Finalmente, mientras los trozos de carne van dorando, se retiran poco a poco.
En este punto se baja el fuego y se añaden 3 cucharadas de aceite, donde se sofríe a fuego medio la cebolla con el pimiento y se remueve con cierta frecuencia por unos 10 minutos. Cuando esté tierno se añade el ajo y se mezcla durante un minuto o dos. Posteriormente, la carne vuelve a colocarse en la sartén, junto a los jugos, y se hidrata con unos 150 mililitros de vino blanco por dos minutos.
Se cubre la carne con la salsa de tomate y hojas de laurel, dejando que se caliente hasta que comience a burbujear. Allí se baja el fuego al mínimo por unos 30 minutos. Finalmente, se añade sal y pimienta al gusto.