Los coches de carrera en miniatura han dado muchos momentos de diversión para todas las edades. Desde su nacimiento a principios del s.XX, hasta su actual digitalización, los slots a escala son y serán componente eterno de la aventura. Porque la emoción no se cimienta sobre un medio concreto, sino que encuentra su espacio en la capacidad de concentración que uno imbuye en ella.
Miniaturizando una experiencia
Hay un momento en la niñez en el que la temida competitividad es la sana chispa que enciende el intenso fuego de la vida. El recreo impone una sola norma al jugador: jugar y aprender. Porque mediante el juego, la imaginación se enciende y libera todo el impulso eléctrico de un alma cerebral. Y de la concentración se extrae un absoluto conocimiento análogo a los momentos a venir que concederá la existencia. Una fuente de sabiduría nacida de la aparente inocencia de jugar.
En el ámbito de la automoción doméstica, desde el templo de Scalextric hasta las nuevas versiones digitales, los coches de carreras han sido siempre un sueño. Son muchas las tardes, y las mañanas de invierno, que un niño de ojos grandes y vivos, con las rodillas clavadas en las baldosas, ha sentido pertenecer al asiento de piloto de un pequeño coche a escala. Y también son muchos los adultos que recuerdan sus propios momentos de carrera en la pista y que legan su recuerdo a la inmemorial herencia de sus hijos.
De aquellos coches de carreras sencillos, pero potentes, cuyas guías de cobre a veces se deshilachaban de tanto correr por una pista deslizante de nieve simulada, el mundo de la fórmula de salón se ha modernizado considerablemente. Las constantes mejoras en su chasis, su motor y su carrocería, así como la digitalización, que permite a estos coches carrera digital 143 correr hasta con 6 jugadores, han renovado las autopistas en miniatura. Desde su estética, hasta su tecnología.
Una evolución casi mínima
En aquellos primeros tiempos de los automóviles a escala para carrera, su apariencia emulaba coches de competición, de Fórmula 1, de rally e incluso de época. Con el tiempo, y debido a la diversificación del mercado, hoy en día es posible encontrar estos coches en una divertida tipología de la animación. Siempre sin olvidar los clásicos, y adaptándose a un aspecto más contemporáneo, es posible encontrar coches de la película Cars o incluso del popular videojuego Mario.
Algunas plataformas web, como Slot4Ever, ofrecen un extenso catálogo de coches de distinta índole y uso. Desde coches a escala 1:43 compatibles con el sistema Digital 143 de Carrera, hasta coches a escala 1:32 o 1:24 y distintos circuitos, pistas y accesorios. Un gran surtido con el que ampliar el garaje personal con artículos de un acabado realmente detallado cuyo realismo sólo rompe el sonido de su rebufo en el asfalto.
Remontando hasta el 1912, contando con un sistema muy similar al moderno, los slots han cambiado sobremanera a lo largo del tiempo. Aunque su funcionamiento radica en la transmisión de electricidad mediante dos raíles de metal en la pista, que captan las trencillas cobreñas del coche, hoy día la implantación de imanes ayuda a su tracción. No obstante, la nostalgia es siempre ídolo de toda religión, y en el mundo del coleccionismo y la competición los fieles todavía apuestan por el divertido descarrilamiento de las versiones de antaño.
Forofos de la miniatura
El universo de los slots de carreras, más allá de la labor coleccionista, cuenta con un submundo de competición en circuitos. Aunque el reglamento no esté del todo estipulado, y que todo dependa de quienes sacrifiquen su tiempo a ello, las carreras siempre son emocionantes. Estas competiciones consisten en reuniones de organizadores y aficionados que compiten entre muchos participantes. Y existen tres modalidades: velocidad, rally o raid y subida en cuesta.
En velocidad se valora el número de vueltas al circuito en un tiempo determinado, pudiendo alcanzar las 24h en las llamadas carreras de resistencia, o mucho menos en las carreras al sprint. Otro tipo de competiciones son los rally o raid, donde sólo compite un jugador cuya misión es la de dar cierta cantidad de vueltas en el menor tiempo posible. Similar al rally, se encuentra la subida en cuesta, cuyo título indica su propósito.
Además, la categorización de los aficionados se divide en amateurs, coleccionistas, competidores, modelistas y montadores. Cada uno con una función dentro del mundo de los slots. Desde su configuración artesanal, hasta la arquitectura en miniatura de distintas pistas. Todo depende del grado de dedicación. Pero lo que sí es seguro es que la carrera en miniatura es todo reto e hito, tanto humano como tecnológico. Porque como dijo el piloto de F1 de los sesenta Jim Clark, “cuando quiero ir más rápido no corro más, me concentro más”.