Los estragos de la Covid-19 sitúan en el futuro una crisis financiera de la que no todos saldrán indemnes. Conscientes del pronóstico, son muchos los ciudadanos que ya barajan la posibilidad de solicitar un préstamo mediante el que poder cubrir sus gastos si el bolsillo no se lo permite. Recordando que, para no hundir el barco, la información es siempre el faro idóneo.
La crisis que se acerca
Pese a los múltiples esfuerzos por desencallar la economía, los estragos de la pandemia de la Covid-19 no dejan de anunciar de un modo cada vez más evidente la proximidad a una contundente crisis financiera. Además, las sobreinversiones realizadas por los gobiernos, tanto a fin de blindar el gasto en sanidad como las prestaciones sociales para no dejar a nadie a la estacada, y así como las ayudas de los fondos europeos Next Generation para la recuperación y su consecuente endeudamiento, auguran una subida de los impuestos. Ésta, debido a que dicha inversión corre a cargo de dinero público, costeado por los contribuyentes que son sobre quienes recaerá el peso de la crisis.
Como ya lo demuestra a modo de aviso la subida del precio de la luz aparentemente inconcebible en este contexto, la repercusión sobre el ciudadano de a pie de esta venidera crisis volverá a afectar los hábitos de nuestro consumo. En ese sentido, puede que incluso el ahorro se vea perjudicado situándonos a la mayoría en una delicada tesitura económica. Por ello, muchos se verán empujados a solicitar préstamos, sea tanto para cubrir sus gastos comunes como los extraordinarios. Motivo por el que, para evitar meter la pata y mediante plataformas como prestamosfiables.es, es momento de informarse debidamente para evitar carencia de fiabilidad o legalidad en su solicitud.
¿Cómo hacer frente a los gastos?
A pesar de la gran cantidad de economistas y analistas que advierten sobre este suceso, bosquejando una crisis que podría ser más grave que la de 2008, la reciente herida del coronavirus todavía impide que el aviso se propague masivamente. De hecho, el espejismo del descenso del paro, siempre evidente en época estival, pero a causa de contratos temporales, puede también crear una falsa ilusión de estabilidad. Sin embargo, cuando el verano acabe muchos de estos trabajadores que han engrosado la tasa de ocupación se verán nuevamente abocados al limbo del paro. Y, con tan sólo los ahorros de la temporada, deberán hacer frente a los gastos sobre la cuerda floja.
Evidentemente, la situación acabará por enderezarse, o al menos remitir, en algún momento en los próximos dos o tres años. Pero, por el momento, nunca está de más buscar opciones como los préstamos online mediante los que cubrir los gastos que acontezcan durante esta etapa. Eso sí, recordando siempre que dicho dinero está sujeto a un plazo de devolución, sobre cuya cuantía se suma un tipo de interés, que hay que tener en cuenta para evitar que nuestra situación económica se encrudezca. Además, y como así ofrece y señala www.prestamosrapidosplus.com, teniendo en cuenta que el préstamo rápido confiere mayores ventajas frente al convencional.
Qué tener en cuenta al solicitar un préstamo
Bajo la grata posibilidad de solicitar hasta 1.000 euros o más según la entidad, los préstamos rápidos aparecen en nuestro abanico de posibilidades como una opción más que plausible para afrontar una mala situación económica. No obstante, y pese a advertir de lo evidente, el procedimiento no se basa únicamente en tramitar el papeleo y recibir el dinero. Por una parte, hay que tener en cuenta que la presencia en ASNEF, la lista de morosidad, puede frustrar nuestra solicitud. Así como también puede afectarnos a largo plazo una falta de coherencia en la decisión sobre la cuantía. Es decir, solicitando más de lo que finalmente podremos devolver.
Además del plazo, y como se ha mencionado, el tipo de interés es una variable que hay que tener en cuenta. Al fin y al cabo, la entidad que nos presta el dinero está a la vez concediéndonos un voto de confianza y haciéndose cargo de muchos de los trámites requeridos. Por lo que es justificable que ésta exija retribución. Ahora bien, siendo altamente recomendable dar con un filtrador y comparador de préstamos para eludir los intereses abusivos que, al final, acabarán por hacer más mal que bien a nuestros ya resentidos bolsillos. Una situación bajo la que no pocas economías domésticas han puesto en peligro su estabilidad. Más aún frente a una crisis.
¿Cómo solicitar un préstamo rápido?
Con todo, cabe decir que una de las mayores ventajas de los préstamos rápidos es que, en su mayoría, apenas requiere de papeleo. Para ello, e incluyendo algunas entidades que, dependiendo de los detalles, no discriminan en función de morosidad, basta con rellenar el formulario de la solicitud con nuestros datos en una plataforma fiable que nos lo facilite. Tras ello, esperar la respuesta de la entidad, dar el visto bueno y, por fin, obtener nuestro préstamo. Siempre, y por el bien de nuestras capacidades económicas a largo plazo, tras revisar todas las cláusulas y detalles del contrato. Desafortunadamente, una actividad que no muchos llevan a cabo acarreando complejas consecuencias.
Subrayando de nuevo la necesidad de siempre establecer criterios de coherencia como mecanismo de supervivencia financiera, añadiendo que, si bien un préstamo puede sacarnos de un buen apuro, basar en ellos todo nuestro decurso económico es una idea poco estable. En todo momento, cabe recordar que, a pesar de recibir la cantidad solicitada, se trata de un dinero que deberemos devolver sí o sí en el límite de un plazo concreto. Por ello, siempre es recomendable no sólo informarse debidamente al respecto, si no, y si es posible, contar con el asesoramiento de un especialista que nos guíe durante dicho proceso. Al fin y al cabo, si se requiere de su bendición, toda ayuda, del préstamo al consejo, es siempre bienvenida.