Muchos son los equipos y máquinas que se usan en cualquier taller para realizar todo tipo de trabajos, que varían de acuerdo a las funciones que vayan a cumplir. Pero hay artilugios que son indispensables, unos más que otros, para facilitar las tareas a ejecutar, y, definitivamente, las remachadoras son uno de estos esenciales aparatos que, por una infinidad de razones, siempre se debe tener a mano.
Los equipos de trabajo son sumamente importantes en el taller, ya que con ellos se realizan una serie de tareas que serían imposibles de ejecutar de manera manual. Los hay de todo tipo: para abrir huecos, cortar, pintar, soldar, doblar, esculpir, taladrar, redondear y hasta para remachar, todo para el bricolaje o cualquier trabajo profesional.
Las remachadoras son una de las herramientas más utilizadas y apreciadas en todo taller, éstas se usan para sujetar firmemente dos piezas o láminas con el uso de remaches fijos. Su utilización es muy común en diversas áreas.
Gracias a estas máquinas se pueden unir piezas de manera rápida y segura, sin la utilización de tornillos o sujetadores. Su efectividad es muy alta y pueden sujetar firmemente, de manera temporal o permanente, dos partes planas, todo depende del uso que se le quiera dar.
¿Cómo funcionan?
Su funcionamiento es muy elemental: se basa en el remache de un vástago (tubo pequeño que varía en tamaño) con una cabeza en uno de sus extremos, que se coloca atravesando los orificios de las dos piezas a juntar, y que al meterse en la remachadora, se aprieta y se levanta hasta crear un pliegue en la otra parte. Este pliegue se rompe y une las piezas firmemente.
Es una forma muy rápida y segura de juntar dos partes, con un mínimo de esfuerzo y poco riesgo. Claro, siempre es recomendable revisar primero cómo se usa la herramienta antes de su primera utilización y, por supuesto, tomar medidas de seguridad, como son el uso de guantes y gafas protectoras.
Tipos de remachadoras
Hay una gran variedad de estos aparatos, que han venido evolucionando desde su invención en 1720, cuando era una rudimentaria herramienta, hasta hoy en día con una diversidad de modernos y sofisticados aparatos.
Pueden variar de acuerdo a su función y tamaño:
- Remachadora de mano: se usa de forma manual con cualquier tamaño de pieza que se vaya a unir, son muy cómodas y las más comunes en cualquier taller.
- Remachadora de acordeón: también se usan manualmente, pero sólo con remaches de determinados tamaños: 2.4mm, 3.2mm, 4.8, 5mm y 6mm. Aunque también hay otras que permiten mayores medidas.
- Remachadora de pinza en C: trabaja a pedal y es accionada, habitualmente, por una bomba oleoneumática, funciona similar a una prensa. Estos equipos tienen unas puntas, en diversos tamaños y formas, que cumplen distintas funciones, como abrir láminas de aluminio, extraer remaches, conformar pestañas y avellanar donde caen los remaches.
- Remachadora de bancada: estas máquinas pueden llegar a pesar hasta 60 kilos y son fijas. Trabajan por accionamiento neumático y usan remaches de distintos materiales, como aluminio, latón, cobre y acero inoxidable.
- Remachadora T-Columna: son equipos de mayor tamaño, que pueden superar los 100 kilogramos. Igualmente trabajan con una variedad de materiales.
Son de gran utilidad
Este tipo de herramientas o máquinas se utilizan principalmente en talleres de carpintería y mecánica, aunque es muy común verlas en locales donde instalen ventanas, arreglen puertas, bicicletas, cocinas, neveras y hasta en jugueterías. Su uso es muy variado y son muy útiles para tareas del hogar donde se requiera la unión o reparación de piezas sueltas.
Son muy convenientes cuando se necesitan juntar dos partes que se encuentren desprendidas, como por ejemplo dos láminas de la cocina que se hayan soltado o la base de las ventanas corredizas que se hayan podido despegar. Siempre son muy prácticas y funcionales para resolver estos pequeños problemas.
Aunque son equipos de fácil uso, siempre deben considerarse las mínimas normas de seguridad y ser utilizados por personas que conozcan su forma correcta de utilización.