Hemos hablado de la promiscuidad ‘convivencia con personas de distinto sexo’, cuando citamos al promiscuo/cua (que mantiene relaciones sexuales con varias personas). Antes eran llamados incastos, frágiles, que vivían en la flaqueza, desgarrados y estragadamente;ahora son marchosos que practican el amor libre.
Incasto/ta: ‘Deshonesto, que no tiene continencia o castidad’. Adjetivo poco usado.
Frágil: ‘Dicho de una persona. Que cae fácilmente en algún pecado, especialmente contra la castidad’.
Flaqueza: ‘Acción defectuosa cometida por debilidad, especialmente de la carne’.
Desgarrarse: En el Diccionario de Autoridades (1732): ‘Derramarse en vicios, entregarse a vivir libre y licenciosamente’; acepción desaparecida en el actual DRAE.
Estragadamente: ‘Con desorden y desarreglo’. Antiguamente se aclaraba aún más esta definición: ‘Perdida y pervertidamente, con desorden y corrupción en el modo de vivir; y así del que vive mal y torpemente y es dado al vicio de la sensualidad, se dice que vive estragadamente’.
Marchoso/sa: ‘Dicho de una persona: Que se distingue por sus galanteos, juergas y lances de la vida airada’. De marcha ‘ánimo o ambiente de diversión y juego’, coloquialmente.
Vida airada: ‘Vida desordenada, licenciosa o violenta’.
Libre, torpe, licencioso/sa, impúdico/ca, son adjetivos que ya hemos leído en pasadas definiciones y que se refieren a lo mismo, pero con matices. Todos estos y algunos más son términos que se refieren al carácter de las personas que viven su sexualidad sin restricciones, pero que podrían clasificarse conforme al grado de libertad, intensidad e incluso excesos (vicios o pecados los llaman algunos) con que lo hacen. Así, de forma creciente, citaremos al:
Voluptuoso/sa: ‘Que inclina a la voluptuosidad, la inspira o la hace sentir’, ‘dado a los placeres o deleites sensuales’.Voluptuosidad: ‘Complacencia en los deleites sensuales’.
Impúdico/ca: ‘Sin pudor, sin recato’.Impudicia: ‘Deshonestidad, falta de recato y pudor’.Impúdicamente: ‘Deshonestamente, sin recato’.Impudor: ‘Falta de pudor y de honestidad’.
Picardía: ‘Intención o acción deshonesta o impúdica’.
Licencioso/sa: ‘Libre, atrevido, disoluto’.
Disoluto/ta: ‘Licencioso, entregado a los vicios’.
Alegre: ‘Algo libre o licencioso’, coloquialmente.
Libertino/na: ‘Dicho de una persona: Entregada al libertinaje’.Libertinaje: ‘Desenfreno en las obras o en las palabras’.
Borrascoso/sa: Coloquialmente: ‘Dicho de una vida, de una diversión, etc.: Dominadas por el desorden y el libertinaje’. De borrasca ‘tempestad’ y, coloquialmente, ‘orgía’.
Borrasquero/ra: ‘Dicho de una persona: Dada a diversiones borrascosas y ocasionales’, coloquialmente.
Gamberro/rra: ‘Libertino, disoluto’. En Andalucía, gamberra es sinónimo de prostituta.
Lascivo/va: ‘Perteneciente o relativo a la lascivia’.Lascivia: ‘Propensión a los deleites carnales’.Lascivamente: ‘Con lascivia’.
Torpe: ‘Deshonesto, impúdico, lascivo’.
Lujurioso/sa: ‘Dado o entregado a la lujuria’.Lujuria:‘Vicio consistente en el uso ilícito o en el apetito desordenado de los deleites carnales’. Procede de la voz latina luxurĭa ‘vida voluptuosa’, propiamente ‘exhuberancia, exceso’, ‘suntuosidad’, derivada de luxus ‘exceso’, ‘libertinaje’, ‘lujo’, de donde proviene el español lujo. Sinónimo poco usado de lujuria es libídine. Lujuriar: ‘Cometer el pecado de lujuria’. Lujuriosamente: ‘Con lujuria’.
Libidonoso/sa: ‘Lujurioso’. De libido ‘deseo sexual’.Libidinosamente: ‘De un modo libidinoso’.
Lúbrico/ca: ‘Propenso a un vicio, y particularmente a la lujuria’, ‘libidinoso, lascivo’.
Mañoso/sa: ‘Persona lujuriosa’, en el Perú.
Abarrajado/da es un adjetivo chileno y peruano que el DRAE define como ‘pendenciero, de vida airada’, pero que otros diccionariosseñalan como sinónimo de libertino. Algo parecido sucede con el cubano sato/ta ‘lascivo, que peca del vicio de la sensualidad’(de sato ‘perro o gato de raza desconocida y mezclada’), ya que en el DRAE tan solo aparece en femenino y como ‘mujer que coquetea’. Lo mismo ocurre con el verbo peruano abarrajar(se), que en el DRAE equivale a encanallarse, mientras que otras publicacionesamplían la definición con ‘entregarse a la licencia y al libertinaje’, definiendo además abarrajamiento como el ‘estado de la persona que ha perdido todo decoro y pundonor’, en el Perú.
Otras acepciones que no están en el DRAE: arrechar(se) ‘hacerse lascivo, rijoso’ y arrechera ‘lascivia’, en Colombia, y arrechura ‘arrechera, lujuria’, en el Perú (los tres derivados de arrecho/cha ‘persona excitada sexualmente’); bellaco/ca ‘lascivo’ y bellaquería o bellaquera ‘lascivia’, en Puerto Rico; chuchumeco/ca ‘dícese de quien lleva vida desarreglada y viciosa’, en Chile (de chichimeco/ca ‘indio que habitaba al norte y poniente’, en México); y yegüero/ra ‘rijoso, lujurioso’, en Colombia.
Tampoco el Diccionario académico recoge la acepción ‘aficionado al coqueteo’ del adjetivo jodedor/ra, común en Cuba, puesto que únicamente lo equipara a jodión/na ‘que gusta de molestar’; ni las frases coloquiales venezolanas: darse o tirarse al estricote significan ‘abandonarse o darse al mal vivir’, donde estricote quiere decir ‘vida desordenada o licenciosa’.
Hasta ahora, todos los adjetivos y frases que hemos mencionado en este apartado se refieren a ambos sexos. Lo mismo sucede, aunque con algunas diferencias, con los siguientes términos y frases:
En la Argentina y Uruguay tirar la chancleta quiere decir, de modo coloquial: ‘Dicho de una mujer o de un hombre: Darse súbita e inesperadamente a una conducta más liberada’; pero también: ‘Dicho de una mujer: Abandonar las pautas de comportamiento tradicional’.
Perico es una ‘persona, especialmente mujer, que gusta de callejear, y es a veces de vida desenvuelta’. Pero, Perico entre ellas, es una frase que quiere decir, coloquialmente: ‘Hombre que gusta de estar siempre entre mujeres’. Periquear, en cambio, es un verbo exclusivamente femenino: ‘Dicho de una mujer: Disfrutar de excesiva libertad’.
Pendejo, además de muchas otras acepciones, casi todas ellas ofensivas, significa despectivamente ‘pendón (persona de vida irregular y desordenada)’. Sin embargo, en el adjetivo pendón/na hay dos acepciones destinadas exclusivamente a las féminas: ‘Mujer cuyo comportamiento es considerado indecoroso’ y ‘prostituta’. Así como una frase: pendón desorejado, que significa: ‘Mujer de comportamiento considerado descarado o impúdico’.
Y es que, en este apartado de caracteres licenciosos, es donde se encuentra probablemente la mayor cantidad de términos sexistas, donde la mujer es insultada, vejada, mientras que el varón, por idéntico comportamiento, sale mucho mejor parado.
MUJERIEGO
El hombre ‘animoso en asuntos amorosos’ es llamado entrador en Colombia, Costa Rica y Nicaragua. Y al que le gusta tratar a las mujeres se le llama, casi como un elogio, mujeriego; en América: mujerero; y, en Filipinas: babaero. Son también sinónimos suyos faldero y tenorio (ya mencionado).
Mujeriego: ‘Dicho de un hombre: Dado a mujeres’.
Mujerero: ‘Dicho de un hombre: Aficionado a las mujeres’, en América.
Mujerear: En Costa Rica: ‘Dicho de un hombre: Ser aficionado a las mujeres’.
Faldero: ‘Dicho de un hombre: Aficionado a estar entre mujeres’, ‘mujeriego’. De falda.
Babaero: En Filipinas: ‘Dicho de un hombre: mujeriego’. Del tagalo y el bisaya babae ‘mujer’.
Un ‘libertino habitual que hace gala de deshonrar a las mujeres, seduciéndolas y engañándolas’ es un burlador, un donjuán. En Bolivia se dice que un hombre negrea —del verbo negrear— cuando ‘corteja a varias mujeres al mismo tiempo’ o se va ‘de farra, buscando aventuras amorosas’. Y el mujeriego costarricense perrea —de perrear— cuando ‘anda con muchas mujeres’.
Braguetero, calavera, crápula, fauno, sátiro, son términos desconsiderados o que podrían considerarse hasta ofensivos para el hombre, pero que de ningún modo alcanzan la descalificación y el insulto que recibe la mujer que se comporta del mismo modo.
Braguetero: Coloquial y de bragueta: ‘Dicho de un hombre: Dado al vicio de la lascivia’. De bragueta.
Calavera: ‘Hombre dado al libertinaje’.
Calaverada: ‘Acción propia de hombre de poco juicio o libertino’, coloquialmente.
Crápula: ‘Hombre de vida licenciosa’. Del latín crāpula ‘borrachera’.
Fauno: ‘Hombre lascivo’, en alusión al semidiós de los campos y selvas del mismo nombre, que perseguía a las ninfas por los bosques.
Sátiro: ‘Hombre lascivo’, en alusión a la divinidad campestre y lasciva, del mismo nombre, que en la mitología grecorromana se le representaba con figura de hombre barbado, patas y orejas cabrunas y cola de caballo o de chivo, y que perseguía también a las pobres y sufridas ninfas. En Costa Rica: ‘Hombre que tiene amoríos con alguien mucho más joven’.
No están en el DRAE, pero sí en otros diccionarios, los siguientes sinónimos americanos de mujeriego:
Los argentinos muquengo, mujerengo (en Honduras, ‘afeminado’) y pollerudo, de pollera ‘falda’ (en Uruguay significa ‘varón sumiso a las decisiones femeninas’ y, en Chile, ‘pusilánime’, según el DRAE); el chileno garañón; el ecuatoriano cuchucho; el uruguayo dragón; y el hondureño tunante.
Antes de significar ‘hombre sexualmente muy potente’, garañón se llamaba ‘al hombre desenfrenado en el vicio de la lujuria y que trata con muchas mujeres’, acepción recogida en el Diccionario de Autoridades (1732), pero ya desaparecida en el DRAE actual, si bien, como acabamos de ver, sigue usándose en Chile como sinónimo de mujeriego.
Cendolilla y desenvuelta son dos adjetivos antiguos cuyos significados se han suavizado con el paso del tiempo. Ahora, en el DRAE, cendolilla es una ‘muchacha inquieta y de poco juicio’, pero antaño se le añadía ‘poca honestidad: llamada así por la semejanza que tiene, por su fragilidad y ligereza, con lo leve de la hoja, expuesta a inclinarse a cualquier aire’; y si para el DRAE desenvuelta es simplemente ‘que tiene desenvoltura’, en el Diccionario de Autoridades (1732) se definía como ‘mujer deshonesta y libre’. También en este diccionario figuraba deseguida como adjetivo aplicable ‘a la mujer deshonesta y de vida licenciosa y estregada’, aunque tal vocablo ya no está recogido en el actual de la RAE.
PUTÓN
Como secularmente las mujeres han carecido de la libertad y permisividad de que han disfrutado los hombres en asuntos amorosos y sexuales, los vocablos y definiciones que en el Diccionario académico aún se encuentran referidas a ellas son mucho más injuriosos y vejatorios. De hecho, muchos de los vocablos que aluden al comportamiento libre o licencioso de las mujeres en el terreno sentimental o sexual, son sinónimos de prostituta. Así lo hemos visto antes (los últimos ejemplos: gamberra y pendón), pero a continuación veremos algunos más.
Si en México un coscolino es un enamoradizo, una coscolina es, en cambio, una ‘mujer descocada’. En Cuba, sata es una ‘mujer que coquetea’ (de sato/ta ‘perro o gato de raza desconocida y mezclada’).
La mujer que actúa con libertad es ya sospechosa, es una prójima. La mujer informal es una fácil, una casquivana o una loca, y la mujer de costumbres libres es una ninfa, una escaldada, una cortesana o, si además es joven, una piruja, sinónimos además de prostituta.
Prójima: ‘Mujer de poca estimación pública o de dudosa conducta’, coloquialmente. También: ‘Mujer respecto al marido’.
Fácil: ‘Dicho de una mujer: Frágil, liviana’.
Liviana: ‘Dicho de una mujer: Informal y ligera en su relación con los hombres’.
Casquivano/na: ‘Alegre de cascos’, coloquialmente; ‘mujer que no tiene formalidad en su trato con el sexo masculino’. De casco y vano.
Loca: En la Argentina, Cuba y Uruguay, eufemísticamente: ‘Mujer informal y ligera en sus relaciones con los hombres’. También, en sentido coloquial y eufemístico, en la Argentina y Uruguay: ‘Prostituta’.
Ninfa: ‘Cortesana’. En alusión a las pobres deidades mitológicas que eran perseguidas por los faunos y sátiros.
Escaldada: Coloquialmente: ‘Dicho de una mujer muy ajada: Libre y deshonesta en el trato’, donde ajada quiere decir ‘maltratada, manoseada, marchitada’.
Cortesana: ‘Mujer de costumbres libres’. También: ‘Ramera de calidad’.
Piruja: ‘Mujer joven, libre y desenvuelta’. En México: ‘Prostituta’.
La coloquial locución alegre de cascos, que hemos leído como una de las definiciones de casquivana, quiere decir: ‘Dicho de una persona: De poco asiento y reflexión’. Pero, si bien puede aplicarse el término casquivano al hombre ‘alegre de cascos’, es apenas utilizado y carece además de sinónimos. Algo que no sucede, desde luego, con la mujer: pingo y chinvarona son dos ejemplos.
Pingo: Despectivamente: ‘Mujer casquivana’.
Chinvarona: ‘Mujer ligera de cascos’, en Nicaragua. En este mismo país, y en El Salvador, también es una ‘niña que suele participar en los juegos propios de los niños’.
Se llama galante a la mujer ‘de costumbres licenciosas’; bacante a la ‘descocada, ebria y lúbrica’ (de las seguidoras del dios Baco, que celebraban las fiestas bacanales); mesalina a la ‘poderosa o aristócrata y de costumbres disolutas’ (en alusión a la esposa del emperador romano Claudio); moscona a la ‘mujer desvergonzada’ (de moscón); y chuquisa, en Chile, a la ‘mujer de vida alegre’.
Coja, cualquiera, mujercilla, mujerzuela y pisca (en Colombia, donde también, como en Venezuela: ‘Hembra del pavo’), son palabras sinónimas, ya que todas ellas significan lo mismo: ‘mujer de mala vida’. Mujercilla, además, es una ‘perdida’. Pero da igual. Ya sean alegres o ligeras de cascos, de vida alegre, airada o mala, todas ellas están perdidas. Si además estafan, entonces son unas zurronas.
Perderse: ‘Entregarse ciegamente a los vicios’, ‘dicho de una mujer: quedar sin honra’.
Zurrona: ‘Mujer perdida y estafadora’. Voz coloquial y procedente de zorra ‘ramera’.
Otros americanismos, no recogidos en el DRAE, son los sinónimos:
De mujer fácil: aviona, en Colombia; camboyana, en Chile; bicha, en Venezuela; y aflojadora, en Uruguay.
De casquivana: birringa, en América Central; candelera, en Colombia; y chirriona, en México.
De mujer de vida libre: en la República Dominicana, gumarra; en la Argentina, volantona ‘mujer poco amiga de la vida familiar, aficionada a la vida libre’, forma femenina de volantón ‘vagabundo’ (en el DRAE valentón/na: ‘dicho de un pájaro: que está para salir a volar’); y chisguetear ‘conducirse con cierta desenvoltura y libertad’, en Chile.
De mujer de vida alegre: bandidilla, en Venezuela; y guerrillera y tronera, en Ecuador.
De coqueta: rogona, en México.
De provocativa: cobijera, en Venezuela.
De liviana: en la República Dominicana, contentona y jíbara (en este mismo país, jibarear equivale a ‘coquetear o procurar agradar a muchos por pura vanidad’); y, en Guatemala, pozolera (de pozole ‘bebida hecha de maíz’).
De cachonda: suave, en México.
Y de mujer de mala conducta: gaucha, en la Argentina.
Tampoco recoge el Diccionario académico mancornadora ‘mujer liviana que tiene amores con dos o más hombres simultáneamente’, en México (de mancuerna ‘pareja de aliados’, ‘gemelos’).
No hay en el vocabulario español ninguna palabra dedicada a la mujer que enamora, seduce o mantiene relaciones sexuales con hombres del servicio doméstico —a diferencia de lo que ocurre con los varones: v. gr.: canastero, pichelero—, pero sí que hay una, despectiva por supuesto, dedicada a la ‘mujer que accede con facilidad a un encuentro amoroso o circunstancial’: la uruguaya golpe. Estas mujeres que con tanta facilidad acceden a mantener relaciones sexuales, tragan, son unos putones que, si además mantienen relaciones sexuales con varios hombres, son unos pascones.
Tragar: ‘Dicho de una mujer: Acceder fácilmente a requerimientos sexuales’, coloquialmente.
Putón: ‘Mujer de costumbres sexuales muy libres’. Voz despectiva, aumentativa de puta.
Pascón: ‘Coladero (en que se cuela un líquido)’, ‘en fútbol, mal portero’ y ‘mujer que ha tenido relaciones sexuales con varios hombres’. Voz procedente del nahua pazcoa ‘exprimir, filtrar’, usada en Costa Rica y Honduras.
Como podemos ver, la mujer que acostumbra a mantener relaciones sexuales sin complejos es un putón que traga, mientras que el hombre que actúa de igual manera es un mujeriego, un burlador que, además de no tragar, perrea.